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domingo, 29 de noviembre de 2015

Breves de la aviación en Dabajuro

Cortesia imágenes digitalizadas.
Nelson Naveda Rodriguez
 
Via e-mail (lourdesdiazguerere@hotmail.com), el fotógrafo Nelson Naveda Rodriguez, comparte con la comunidad dabajurense gráficas históricas relacionadas con aspectos de la aviación en Dabajuro a mediados del siglo pasado.
Comenta Nelson: "Se trata de un DC3 de Aeropostal cuando llegaba como vuelo regular a Dabajuro"
Sirva esta gráfica como referencia para la recepción de comentarios, anecdotas y datos complementarios qque nos permitan construir el relato pertinente a este aspecto de nuestra historia.
Puede usar el menú comentarios de este blog o el anexo via facebook.
Agradecida.
Licda. Lourdes Díaz Güerere
CNP 18234
 
 
 
 

domingo, 14 de diciembre de 2014

I Retorno a Dabajuro. Junio, 1966. Revista Maracaibo. GRAN ACONTECIMIENTO DE SOLIDARIDAD CONSTITUYÓ "EL DIA DEL RETORNO A DABAJURO"

      Como un homenaje a la grandeza de nuestro pueblo y nuestra historia, se plasma en este articulo la publicación original realizada por la Revista "Maracaibo", edición junio 1966, donde se dio cobertura periodistica para todo el occidente venezolano de uno de los momentos más hermosos de Dabajuro: su I Retorno. Subtitulado: Acrobacias aereas y descenso del batallón de paracaidistas "José Leonardo Chirinos".

       Una reseña completa de las actividades con gráficas inéditas donde recordamos personajes y anecdotas de este trascendental evento, nos lleva a recordar la hermosa herencia que recibimos y dibuja el camino que desde entonces se ha trazado para nuestro futuro.

       Agradezco a Neria Rodriguez de Delgado, el honor de compartir este documento perteneciente a su biblioteca personal, con la finalidad de contribuir a nuestra historia local.
Merece la pena su divulgación y disfrute.
Licda. Lourdes Díaz Güerere
CNP 18234























































viernes, 17 de octubre de 2014

En ellos hay una historia que contar... No siempre la ceguera es física. muchos la padecemos en el alma. Pero siempre habrá una historia que nos sorprenda


Desde que tengo memoria, cuando iba a la escuela o al liceo, hace mucho más de 25 años, recuerdo a esta pareja de adultos mayores en la esquina de la “Carnicería Dabajuro”, donde a diario decenas de personas le han tendido la mano siempre. 



Recuerdo también que una de las primeras viviendas dignas que entregó el municipio Dabajuro en el gobierno de Jesús Reyes, si no me equivoco,  fue la de ellos en la carretera Williams hacia la zona de lo que conocemos como La Antena, pocos metros más allá en la misma vía principal. Cada año, todo el personal de la Alcaldía se aboca en una jornada de limpieza y remodelación de su casita.



Sin embargo, en medio de todo, hablo por mí, esta pareja es de esas personas que pasan a mi lado casi todos los días, pero desconozco su verdadera historia: sus nombres, sus oficios, su familia, sus vivencias…tantas cosas. Me limito a saludarles, a darles su tradicional ayuda pero ni siquiera conozco el por qué el Señor carece de vista o cómo hace su compañera, ya enfermos, desgastados,  pero impetuosos. 


A veces me limito a mirar sus bastones y caminar por largos trayectos. Pese a sus problemas de visión también logran sobrellevar sus vidas. Su visita  a nuestra empresa ya es habitual y en más  de una oportunidad he estado tentada a entrevistarlos, pero lo cortés sería visitarles. No me les imagino encerraitos en su casita o en un refugio, sino siempre libres, a su manera, pero libres.

También he visto el espíritu solidario de todos atendiéndoles a ellos, aunque sea en una pequeña ayuda. En ellos, gobernantes y pueblo, manifiestan la generosidad que caracteriza al dabajurense.
En fin, mientras desarrollo el trabajo de entrevista directa a estos personajes ya populares,  aunque les percibo silenciosos, espero de ustedes sus comentarios, datos y anécdotas que me ayuden a construir su historia, una historia que va más allá de lo que todos podemos ver…quizás la ceguera no sólo les afecte a ellos, quizás muchos la padezcamos a pesar de poder ver a través de nuestros ojos, pero no con su mirada.

Agradezco sus aportes directamente en comentarios debajo de este artículo. Es muy fácil. Sólo se escribe en la sección, se coloca opcionalmente  el nombre  de la persona que comenta o aporta, o simplemente se escribe anónimo.

Lourdes Díaz Güerere
CNP 18234
lourdesdiazguerere@hotmail.com






 


viernes, 12 de septiembre de 2014

PERSONAJES: ANTONIO VARGAS "EL NEGRO SALOMÓN": UN SOLDADO DE CURARÍ

“ES QUE NADIE SABE

 QUIEN ES  ANTONIO 

VARGAS, SOLO CONOCEN 

AL NEGRO SALOMÓN”.

Asi me dijo textuamente antes de iniciar esta entrevista en los arboles de mis letras. 

Tenía una especie de museo improvisado pero con piezas hermosas. 

Por eso envié este artículo a diversos medios para publicarlo como uno de los artesanos de la madera más importante del occidente falconiano. 

Perfil y redacción poco atractiva para los medios viniendo de una pasante.

 Este trabajo se hizo el 04 de abril de año 2006. 

Quiero compartir esta historia con olor a curarí, con sudor de carpintero artesanal. Aunque ya casi todas sus piezas y su trabajo se perdieron entre la aridez de lo que no podríamos entender en nuestra naturaleza humana, pero queda el testimonio de un gran trabajo hecho a mano y en Dabajuro.


 

Lourdes Díaz Güerere/Pasante UNICA, 2006
Texto y fotos



            La nube de polvo y humo que interrumpe una larga espera es el indicio más cercano que anuncia la llegada de aquel hombre a quien todos en la comunidad parecen conocer, pero cuya esencia se encuentra plasmada en la lejanía de un sentir en la que es difícil percibir lo que está guardado en un corazón que, sin querer, todos presumen está hecho también de madera. Una sensación de incertidumbre, propia de los encuentros anunciados entre extraños, invade de inmediato el ambiente, sobre todo porque una de las referencias en las que hace mayor hincapié la voz del entorno habla sobre el carácter recio y esquivo de quien será el objeto de un manojo de incógnitas que se han formulado con antelación, pero que pierden vigencia al observar la firmeza con la baja de su moto un tronco de madera del cual es fácil suponer tiene todo un significado para él.

            Levantarse de la banqueta improvisada era apremiante como el gesto infalible de una bienvenida sin palabras, el mismo silencio nos invita a saludar, cuando recae una interrupción firme que invierte el orden del interrogatorio: ¿Usted es la periodista que me anda buscando por ahi?, siendo este el momento cuando un conveniente “sí” se dejan entrever, asintiendo solo para no perder el tiempo de detallar las facciones interesantes de un hombre que a sus 72 años se mantiene erguido, imponiendo su altura y disposición a la acción. La primera instrucción de la tarde: Si va a pasar al tallercito, ojalá no llueva, porque nos mojamos más adentro que afuera.
           


          Pero ni la advertencia, ni el verde intenso del uniforme militar que porta, ni la profundidad de su piel negra, su altura o sus rasgos tan definidos en el rostro captan tanto la atención. Las miradas ajenas a sus ojos son traicionadas para no dejar de observar que le faltan varios dedos de ambas manos, pero antes de si quiera decirle palabra alguna en lo que sería el itinerario de entrevista se apresuró a comentar: Los dedos que me faltan fueron por los machetazos trabajando la madera, pero ni con eso dejo de hacer lo que tanto me gusta, si se me acaban las manos, arranco con los pies.


            Ya esa información omitía varias preguntas, entre ellas la pasión que sentía por su trabajo. Frente al artesano de la madera quedaban varias asignaciones imaginarias, entre ellas, encontrar el camino a sus sentimientos, manifestando de viva voz que él se siente feliz trabajando con la madera pero que las remuneraciones por este oficio son tan pocas que le obliga a seguir su trabajo como miembro de la reserva militar.

            Nació en Dabajuro, Estado Falcón el 02 de septiembre de 1935. Sus ansias de hablar sobre su trabajo con la madera le impiden aportar cualquier otro dato sobre su vida. Comenta que es suficiente con que se sepa que su esposa es Eduarda Regina Prieto, que tiene 10 hijos y 26 nietos, a quienes sueña con ver inmensamente felices y darles todo lo que necesitan para su bienestar. Mi mamá fue una gran mujer, tuvo 12 hijos, era hiladora y se llamaba Ana Vargas, ella me puso por nombre Antonio Vargas, pero todos me dicen El Negro Salomón porque mi papá fue Salomón Millano y decían de pequeño que yo era el hijo negro de Salomón, cuando me preguntan les digo: yo no soy Antonio Vargas porque nadie sabe quien soy, asi que ya me acostumbré a ser El Negro Salomón.
            Desde hace 35 años el tronco de un árbol dejo de ser ante sus ojos lo que ven todos y para él se convierte en una pieza única, inconfundible y perfecta. Dice que cada trabajo es como su alma y que en ellos deja sus sueños.
            Conoce muy bien las labores del campo. Nada le parece ajeno en estos menesteres, desde mandadero, ordeñador, cortador de pasto, hasta caporal de hato. Además de proporcionarle el sustento familiar, en este entorno tuvo su encuentro furtivo con la materia prima para definir cada creación. Manifiesta no acordarse de cual fue su primera obra con la madera, pero desde que comenzó no se ha podido despegar de una relación que le proporciona una satisfacción infinita.
            Un día del cual no tiene interés de esmerarse en recordar la puntualidad, en el año 1960, decidió atender el llamado de la patria y formarse como militar en Puerto Cabello. Allí aprendió a valorar, a servir, a ser útil y responsable. La rectitud le llevó a amar este oficio, el cual dignamente asumió por varios años y del cual recuerda le enseñó grandes cosas de la vida, pero sobre todo a querer a Venezuela como un fiel soldado. Labor que ha retomado como miembro activo de la reserva, por ello en la comunidad están acostumbrados a su presencia en cada actividad que requiera de sus servicios, sobre todo en la organización de jornadas de atención al público. Hasta estuve en la guerra, la del Porteñazo y el Carupanazo, las balas me atravesaron pero no me morí- comenta inmodesto.


            Sin saber como llamarle para comenzar a merecer su simpatía, ensayando con decirle simplemente: Salomón, cuénteme lo que guste quedando en el olvido todas las preguntan planteadas para darle paso a la espontaneidad que merece un anfitrión que con aplomo decide lo que quiere que se conozca sobre él. La paciencia de sus gestos firmes y la serenidad de su mirada son la prueba de que las experiencias de la vida no pueden ser otra cosa que la gran escuela en la que no necesitamos más referencia que la convicción misma de querer crecer.
            En la pequeña habitación de barro, anexa a la casa rural donde convive la familia, abunda el tejido interminable de tela de araña del cual es fácil suponer lleva mucho tiempo enlazado con el aserrín que queda como muestra de los muchos trabajos que se han llevado a cabo en este lugar, pero a pesar de estos elementos, un destello de luz se impone al cautivar el llamado de las piezas de madera terminadas que se exhiben en tablas que penden de la pared que ya parece sucumbir a los estragos del tiempo. Piezas grandes y pequeñas, enmarcadas en lo estrictamente artesanal atraen infinitamente. Copas, trompos, vasos, tazas, jarras, lámparas, barriles, casitas, bisutería, tablas de cocina, botellas, sillas, puertas, entre otras tantas creaciones parecen confabularse para ser el escenario perfecto de un cuento medieval o simplemente de un mundo de madera.

            Estar allí es como visitar un museo, todo es para apreciarlo con detalle y nuevamente el silencio deja de existir para que este soldado de madera explique detalles de suma importancia para él: yo trabajo con Vera y Curarí, esa es la madera perfecta para mis piezas, yo mismo la escojo y la corto con cuidado, me la traigo a la casa en la moto, la imagino, la moldeo con instrumentos simples como el machete, navaja y lija. Estos detalles cuentan un proceso cuya herramienta principal, aunque no fue contabilizada en su relato, es el amor incondicional a este arte y la satisfacción que siente con cada objeto que fabrica.

            Fíjese que yo he hecho hasta escritorios, sillas, puertas y mesas a pura mano;  afirma con un orgullo limpio, que solo puede venir del alma de quien ama lo que hace y que se sacrifica por lograr su meta. Expresa también lo difícil que le es conseguir el material necesario para el acabado de sus piezas. La lija, pintura y elementos decorativos generalmente son regalados por sus amigos.
            El Negro Salomón es uno de los pocos expositores que fielmente se mantiene en las exhibiciones artesanales del occidente falconiano, defiende su arte por encima de todo. Es firme en la esperanza al sostener que vendrán tiempos mejores, cree en las ideas revolucionarias y dice que sabe que le van a ayudar a salir adelante, a pesar de su descontento por el poco valor que percibe de la comunidad hacia su trabajo ya que dice que por sus piezas quieren pagar mucho menos de lo que valen y que opta muchas veces por regalarla a sus amigos antes que venderlas por tan poco, pero que en ocasiones la necesidad le hace pasar por encima de sus principios y termina por acceder al acostumbrado regateo de quienes ven sus muestras.

            En el marco del XX aniversario de la autonomía del Municipio Dabajuro recibió el reconocimiento del Concejo Municipal con la máxima distinción que emana de esta dependencia como lo es la Orden Rogerio Espinoza en su primera clase, en un emotivo acto donde se hizo saber el valor que tiene su talento para todo un pueblo. En este mismo acto manifestó su alegría pero también sus necesidades y como un gesto de compromiso la Alcaldía del Municipio le entregó una motosierra y una caladora, siendo éstos los únicos instrumentos eléctricos con los que cuenta para elaborar su trabajo.



            El sueño del Negro Salomón es poder consolidar una escuela para enseñar a los jóvenes a trabajar la madera, contribuyendo así con el futuro de un pueblo al que expresa un amor infinito: conozco la historia de Dabajuro de cabo a rabo y me da miedo morirme y no haber enseñado a nadie a hacer cosas con la madera, quiero que mantengan viva esta tradición, por eso le pido a Dios un tiempito más mientras los 08 alumnos que tengo aprenden algo.
            Una necesidad de apoyo no requiere mayor expresión que las carencias que se dibujan en su rostro;  y esa es una lección de vida: quien es verdaderamente humilde carece de la osadía de tocar puertas para solicitar ayuda. El deterioro de la vivienda, dejar de hacerse un tratamiento médico, su vestir desgastado y el cansancio que lleva impreso en su mirada solo se puede traducir en privaciones. Ese es el caso de nuestro soldado de curarí: De todos los troncos de madera prefiero al curarí porque se amolda más a lo que hago.

            Sin saber cuando podrá darse un nuevo encuentro con este artesano, queda firme en el pensamiento la idea de ayudarle. Aunque en ningún momento  pidió este auxilio, se trata de un compromiso asumido en silencio, es como haber escrito una carta en el corazón para contribuir en la cristalización de un sueño.
            Ya no importa su nombre, sea Antonio Vargas o el Negro Salomón, es lo mismo para quienes ven desde el vitral su mundo de madera, que aunque la tela de araña haga borroso el horizonte, permanece el destello de una luz que propicia la esperanza en cada pieza creada a imagen y semejanza de su ilusión.

            La despedida ya era una invitación para regresar pronto a este lar impregnado por el aserrín. Un próximo encuentro no puede darse con las manos vacías. Un manojo de buenas nuevas han de ser el presente que el Negro Salomón merece recibir en cada visita. Ya cambió la idea acerca de su corazón duro. Al decir adiós ya no era el hombre intransigente, ni recio…solo de curarí.


domingo, 7 de septiembre de 2014

Preámbulo biográfico Doña Inés Zavala Davalillo de Reyes. (por concluir)

     Se trata de una biografía inconclusa, pero no por ello una de las más importantes entre anecdotario de vidas de nuestro Dabajuro. INÉS MARÍA ZAVALA DE REYES representa una historia con todos los colores de obras completas, de valores y matices del deber cumplido. Considero no  equivocarme al pensar que su biografía ha de ser incluida entre las ilustres de nuestro estado Falcón por el sentido humanitario que su mismo nombre evoca.       El cronista de Dabajuro, José Antonio Reyes Perozo, realizó una obra escrita versada en la vida de doña Inés y Guillermo, su esposo. Sin embargo, la mayoria de este material se  extravió en los afanes del tiempo y necesitamos recostruirla.       Como un llamado de ayuda e invocación a colaborar  en esta construcción histórica cito el preámbulo de  este libro para solicitar  en quienes puedan tener copia o digital textual favor hacerlo llegar a esta redacción y cumplir así con dejar un pedacito de  herencia admirable plasmada en una vida.


Licda. Lourdes Díaz Güerere
lourdesdiazguerere@hotmail.com 


Texto original extraido del libro:

Colecciones de Semblanzas Dabajurenses " . Dedicada especialmente a honrar a hombres y mujeres, no importando su lugar de nacimiento, sino sus obras y aportes a esta comunidad, de tal  manera que quede escrito para la posteridad. Es así como en esta oportunidad comienzo con este pequeño, pero significativo libro escrito en lenguaje narrativo descriptivo de las semblanzas de Don Guillermo Reyes Medina y Doña Inés Zavala de Reyes  ".
           
            La publicación de este libro se  hizo con el previo consentimiento de los epónimos y sus hijos. Para desarrollar la idea del contenido se realizó una series de entrevistas grabadas y escritas con los  personas arribas citadas de tal manera que lo que acá se publica, es lo que ellos dijeron pero escrito en forma narrativa-descriptiva para que  el mismo sea ameno al amigo lector.


B I O G R A F I A     D E
DOÑA   INES  ZAVALA  DAVALILLO  DE  REYES


            "Nació en Dabajuro, el día 12 de noviembre de 1926, son sus padres el maestro José Vicente Zavala Lucena y doña Virginia Davalillo Rivero de Zavala. Sus abuelos paternos fueron: El Dr. José Vicente Zavala y doña María Eufemia de Zavala y sus bisabuelos Antonio Lucena Baralt y doña Josefa Lares Chueco. Por línea materna su abuelos fueron: don Santiago Davalillo y doña Magdalena Rivero del Cuervo de Davalillo: mientras que sus bisabuelos fueron don Camilo Rivero y doña Virginia del Ciervo. Sus hermanos:, María Eufemia Zavala de Camejo, Ofelia y José Ramón Zavala.

            Fue bautizada en la iglesia de Capatárida siendo sus padrino don Santiago Davalillo Rivero y Petra de Davalillo..."

(hasta aquí el texto recuperado)



jueves, 4 de septiembre de 2014

Entrevista realizada al Dr. Manuel Seoane en Dabajuro. Programa Curucuteando, Chimano TV.


Una producción del  canal Chimano TV, que funcionó en Dabajuro a través de la Corporación Cables  de Occidente.
Entrevista  al Dr. Manuel Seoane realizada por la Profa. Neria Rodriguez para su programa Curucuteando. Esta entrevista contiene aspectos importantes  de las vivencias del Dr. Seoane impregnadas del alma de nuestro Dabajuro.

DR. MANUEL SEOANE 










sábado, 26 de julio de 2014

Anecdotario de recuerdos sobre esta imágen . Plaza Bolívar de Dabajuro, años 70






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De antemano, mil gracias. Estamos construyendo la herencia de nuestros hijos e hijas.

¿Qué recuerdos o anécdotas tiene usted sobre la época en la que nuestra plaza lucía así, hace más de 40 años?

¿Qué añora de esta época? 

¿Vale la pena el rescate de nuestra memoria histórica en Dabajuro?