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domingo, 26 de octubre de 2014

¿Qué es el fanatismo?

El fanatismo es el apasionamiento del fanático, una persona que defiende con tenacidad desmedida sus creencias u opiniones. Un fanático también es aquel que se entusiasma o preocupa ciegamente por algo.
Fanatismo
El fanatismo supone una adhesión incondicional a una causa. La mencionada ceguera que produce el apasionamiento lleva a que el fanático se comporte, en ocasiones, de manera violenta e irracional.
 Tomado de   Definición de fanatismo - Qué es, Significado y Concepto

El fanático está convencido de que su idea es la mejor y la única válida, por lo que menosprecia las opiniones de los demás.

De esta manera, podríamos determinar que el fanatismo se sustenta o identifica por cinco principales señas de identidad: el deseo de imponer sus propias ideas, el despreciar a quienes son diferentes, el basarse en una serie de ideas que son incuestionables, el tener una visión “cuadriculada” de las cosas pues todo es blanco o negro, y finalmente el carecer por competo de todo espíritu crítico.

 La falta de racionalidad puede llegar a tal extremo que, por el fanatismo, una persona mate a otra. Cuando el fanatismo llega al poder político, suele desarrollar todo un sistema para la imposición de sus creencias, castigando a los opositores con la cárcel o incluso la muerte. 
 
El fanatismo puede darse en distintos aspectos de la vida. Hay fanáticos de algún club de fútbol (“Yo soy fanático de Boca, lo sigo a todas partes”) o de cantantes y grupos musicales (“El fanatismo que siento por Luis Miguel llevó a que me escape de la escuela para ir a comprar las entradas para el concierto”), por ejemplo.

El fanatismo también aparece en la religión, con personas que no sólo creen que sus creencias son las únicas válidas, sino que también persiguen y castigan a los que no creen lo mismo que ellos.

Dentro de los diversos tipos de fanatismo existentes hay que subrayar que el religioso es el que más daño ha ocasionado a lo largo de la historia de la humanidad pues el mismo ha dado lugar a un sinfín de guerras, de holocaustos e incluso de actos terroristas y asesinatos.

Como perfectos ejemplos de ese horror religioso que sólo ha traído muerte y destrucción merecería destacarse la creación de la Santa Inquisición durante la Edad Media. Se trataba esta de una institución dentro de la Iglesia Católica que tenía como clara misión acabar con la herejía y para ello establecía tribunales a lo largo y ancho de la geografía mundial que eran los encargados de “juzgar” a quienes se consideran brujos, ateos o adoradores del demonio.

Ese citado objetivo dio lugar a que los individuos que se situaran al frente del Santo Oficio cometieran todo tipo de injusticias y de inculpaciones a inocentes que murieron quemados en la hoguera o que sufrieron todo tipo de torturas absolutamente abominables.

Asimismo otro tipo de fanatismo religioso se vive en la actualidad dentro del seno de la religión islámica. De esta manera existen grupos que cometen toda clase de actos delictivos contra quienes no creen o piensan como ellos. Un perfecto ejemplo de las acciones de dichos grupos son los atentados que tuvieron lugar en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.

La psicología afirma que el fanatismo surge a partir de la necesidad de seguridad que experimentan las personas que, justamente, son inseguras. Se trata de una especie de compensación frente a un sentimiento de inferioridad.
 
 
Fanatismos: en el nombre de Dios
  El factor religioso se ha ido manifestando de una manera imponente en los últimos años, para bien y para mal. La modernidad -en sus diversas expresiones, como el liberalismo, el racionalismo y el marxismo, etc.- hizo malogrados cálculos con respecto a la religión, con aquellas predicciones sobre su desaparición cuando la razón y su hija predilecta, la ciencia, y su nieta, la tecnología, establecieran las condiciones básicas para el desarrollo feliz de la humanidad. ¿Qué quedó? La frustración y el desencanto posmoderno se están apoderando de la humanidad ante el incumplimiento de las “profecías” de la razón liberal y marxista. La religión ha ido tomando un lugar preponderante en todas partes, aunque con nuevas características: en muchos casos se trata de una religión “informal”, al margen de las grandes tradiciones e instituciones religiosas. Las rígidas instituciones religiosas tradicionales no logran llenar el vacío dejado por el fracaso del mesianismo de la razón y de la ciencia, y han ido apareciendo un sinnúmero de ofertas religiosas para una humanidad angustiada y ávida de sentido y necesitada de certezas. Esta ha sido la ocasión para que muchas instituciones religiosas -entre nosotros, la Iglesia católica- se planteen seriamente la necesidad de una renovación que responda a las nuevas condiciones culturales y espirituales de la posmodernidad…
Es en este contexto donde reaparecen algunas manifestaciones religiosas con una fuerte carga de fanatismo, que orienta la experiencia religiosa de una manera destructiva, pues se trata de verdaderas patologías o enfermedades. El fanatismo es como un virus que, cuando ingresa al universo religioso de una persona o de un grupo, produce una serie de trastornos psicológicos y sociológicos con una fachada religiosa. A la vista están, ahora, los fanatismos islámicos que, con grande profusión están señalando los medios de comunicación a partir de las acciones terroristas realizadas a partir de ingredientes religiosos. Se trata de un fanatismo que ha llegado a niveles tan destructivos que se ha vuelto una preocupación social. Aunque el fanatismo no es exclusivo del campo religioso, pues en ocasiones abundan los fanatismos políticos, lo hay en todas las tradiciones religiosas, ligado a fundamentalismos e integrismos de diversos colores, así que podemos encontrar fanáticos en todas las religiones.
¿Qué es lo que caracteriza a esta patología religiosa? Voltaire, en su Tratado sobre la tolerancia, lo definió como “una locura religiosa, sombría y cruel; es una enfermedad que se contagia como la viruela”. El fanatismo se manifiesta como una exaltación o entrega apasionada y desmedida a una idea o a unas convicciones consideradas como absolutas y que, por lo mismo, hay que imponerlas a los demás por cualquier medio. El fanático es terco y obcecado, intolerante y agresivo, rígido e incapaz de diálogo, con una visión distorsionada de la realidad y una radicalización ideológica muy intensa.
La raíz del fanatismo religioso es la angustia del hombre ante la presencia del Misterio (Dios), que tan bien ha descrito Sören Kierkegaard. La religiosidad auténtica supera esta angustia mediante la fe y la confianza que abre al hombre ante Dios, en total disponibilidad para hacer su voluntad, percibida ésta siempre “con temor y con temblor” mediante una revelación…El hombre auténticamente religioso nunca tiene una seguridad absoluta de “conocer” con exactitud la voluntad de Dios. Todos los grandes hombres de la historia de las religiones han sentido temor e incluso han vacilado ante la abrumadora presencia de Dios… Es el caso de Moisés, Isaías, Jeremías y el mismo Jesús ante el drama de su pasión. Esto quiere decir que el Misterio divino nunca es totalmente comprensible o abarcable por el entendimiento y la voluntad humanos, tan limitados e imperfectos. La actitud fanática, en cambio, intenta superar la angustia rechazando la fe y la confianza y renunciando a una entrega absoluta a Dios. El fanatismo reemplaza a la fe y maneja la inseguridad ante la presencia imponente de Dios con una actitud de dominio y de control usurpando el lugar de Dios. En realidad, los fanáticos talibanes rechazan a Alá aún cuando lo invoquen y usurpan su voluntad, imponiendo tercamente sus propios intereses de poder con una fachada religiosa. Se trata de una perversión del Islam al modo de las perversiones del cristianismo que se han dado en Occidente con las recurrentes luchas e intolerancias religiosas.
La insoportable angustia producida por la usurpación del lugar de Dios, es resuelta por el fanático deslizándose en un proceso de pérdida de la fe auténtica y de fanatización desesperada. Y cede a la tentación de convertirse a sí mismo en fuente de verdad y felicidad incondicional para los demás hombres, haciéndoles creer que obedeciendo sus dictados están obedeciendo la voluntad de Dios. Cuando el fanatismo se exacerba llega a arremeter pasionalmente contra toda oposición y cubre un amplio abanico de posibilidades, degenerando en la violencia psicológica, moral, espiritual e, incluso, física contra aquellos que no se atienen a su voluntad, e incluso contra sí mismo cuando descubre su limitación, imperfección e impotencia, llegando a desencadenar el terrorismo bajo una forma religiosa.
El fanatismo religioso es un fenómeno que, cuando combina con otros factores de carácter económico, político e ideológico, puede tener consecuencias desastrosas. Este puede ser un ingrediente muy presente en algunos de los movimientos terroristas que se han puesto en el centro de la escena mundial, de ahí que sea de mucho interés el identificar y caracterizar la naturaleza de estas patologías religiosas, capaces de las acciones más perversas en el nombre de Dios. ( 1 )

 html.rincondelvago.com/fanatismo-religioso.html

¿Bullying en la familia?

¿Bullying en la familia?

Rosario Prieto
15 octubre 2014
Sección: Familia y actualidad

Bullying, esta palabra tan tristemente de moda, se ocupa para definir la devastadora acción de lastimar a otro ser humano. Comprende la burla, la indiferencia, las ofensas, el maltrato, el rechazo, el hostigamiento, el abandono, la violencia… entre otras cosas, que se presentan a diario, de una y mil maneras, en los diferentes ambientes, en personas de cualquier edad, raza, sexo y condición social.
Es durísimo darse cuenta de que un ser humano pueda ser tan cruel y despersonalizarse al buscar provocar dolor en otro y causarle algún daño, con o sin conocimiento, de las consecuencias devastadoras sobre la persona agredida y sobre la persona que agrede, porque sin duda nadie gana, todos pierden. Lo más grave es, que lo que se pierde es; autoestima, aceptación, seguridad personal, confianza y las huellas del dolor que se causan son profundísimas, al nivel más íntimo personal. El remedio, la cura, es todo un proceso de sanación que podría durar toda la vida.
Y… estamos acostumbrados de alguna manera, terrible por cierto, a oír casos espeluznantes de abusos en las escuelas, entre jóvenes universitarios o en colegios entre adolescentes y/o niños… Reprobable rotundamente, pero ¿que me dices de cuando el abuso, el rechazo, la burla, la ofensa, el maltrato se da en casa? … Igual de terrible… o quizás más terrible aún…
Porque la familia es el primer contacto que tiene el ser humano con el mundo que le rodea, es en donde aprendemos a ser personas. Es en la familia, donde debe haber, ante todo, un ambiente que brinde un profundo respeto hacia cada integrante, que proporcione seguridad, aceptación, confianza y amor incondicional al ser, desde que es concebido, hasta siempre.
Los padres son las personas que deben rodear de atenciones y amor a aquellos dones maravillosos, los hijos, para su sano desarrollo y crecimiento, para su formación persona. Física, psicológica y espiritualmente hablando, son el padre y la madre los primeros educadores de la persona que nace en su seno.
¡Papás! ¡Mamás! Ustedes son los responsables de propiciar un ambiente en donde los hijos se sientan seguros, protegidos, amados por quienes son, pase lo que pase, hagan lo que hagan, digan lo que digan. Porque el amor de padre reconoce el valor de la existencia del hijo, de cada hijo, como un ser único e irrepetible, con una dignidad altísima, por cuya integridad han de velar.
Este amor en familia, se ha de manifestar en buen trato, en expresiones de cariño, en reconocimiento de las virtudes, cualidades y fortalezas de cada uno, en aceptar como son y cómo pueden llegar a ser. Sabiendo que se van a equivocar no una, sino mil veces y con amor han de ser corregidos cada vez que lo necesiten, así como han de ser abrazados, mimados, motivados, acompañados, más de lo que creemos que es necesario. Siempre enseñando el camino correcto para que se enamoren de la verdad y por convicción la sigan, comportándose así como niñas y niños que caminan construyendo su propio camino y que podrán enfrentar todo en la vida de la mejor manera.
Dile todos los días, a cada uno de tus pequeños y a los no tan pequeños: Te amo, te quiero, me encanta tu presencia, me hace feliz que existas, tu puedes, lo lograrás, saldrás adelante en lo que te propongas, te enseño, te ayudo, no te quedes ahí solo, te espero, hagámoslo juntos, platícame de ti, me interesas, confío en ti, eres capaz… Y destierra todo aquello que se opone a lo antes descrito.
Tú conoces tu corazón; papá, mamá, si es necesario pide perdón e inicia un nuevo modo de vivir en familia, lleno de amor y ternura, atacando el bullying de raíz. Esto también marcará su vida para siempre con una sonrisa en su rostro y en su corazón.

jueves, 4 de septiembre de 2014

OPINIÓN: ¿Por qué no me devolví?...Besos que marcan


Hace unos meses caminaba acompañando en su rutina deportiva a un grupo de familiares y amigos. 





La inexperiencia y falta de ejercicios de mi parte me dejó rezagada  ante la destreza maratónica de mis compañeros. 

Mi historia no tiene  nada de especial para quienes ya están acostumbrados, para quienes han perdido la sensibilidad y la capacidad de asombro. Sobre todo nuestra responsabilidad como adultos en la formación de nnuestros hijos e hijas, tomando como premisa aquel hermoso poema de  Andrés Eloy Blanco: "Cuando se tiene un hijo..."

Despacio pasé frente a la cancha  del sector Bicentenario, aquí mismo en Dabajuro,  y llamó poderosamente mi atención una imagen imborrable: 

Una pareja de adolescentes, apenas 12, a lo sumo 14 años. Besandose apasionamente con el rigor o quizás espontaneidad de la intimidad de los adultos, creo que un poco más. A su lado, una niña de  unos 6 o 7 años a quien presumo dejaron al cuidado de la pareja. Sentadida en la misma grada, alejadita, inmutada. No miraba a los niños pareja, parecía mirarse  a sí misma.

¿Por qué no me devolví? Quizás creo en algo hubiese orientado. 

Quizás no hubiese sido tan indiferente como las decenas de personas  que pasamos a un lado. ¿Por qué entrometerme cuando mi historia no importó  y me sentí un Señora de baúl muy antigua?

...Quizás, en el fondo de mi alma, el día de mañana espero qque alguien lo haga por una de mis hijas, de mis sobrinas, de mis ahijadas, de mis amigas...porque  nunca sabemos la huella que esto deja en un niño, las consecuencias del desenfreno de una edad trascendental en el desarrollo de la sexualidad.

¿Qué pensaría esta niña sentadita? o ¿Cómo actuará mañana?

Nada nos es ajeno y la indiferencia no cura una herida, ni ayuda a construir un futuro.

Los padres no tenemos manuales de acción, pero la tenemos una capacidad de saber que  no podemos dejar al cuidado de niños a otros niños. Que no podemos estar encima, pero sí mirar de lejitos aunque sea para saber dónde  están. No  podemos evitar muchas situaciones pero sí orientarlas.

Quizás si me devolvía, le regalabba un abrazo a la niña y les preguntaba sobre su relación a los adolescentes. Quizás no...

Sólo quizás...pero fui indiferente. 

Licda. Lourdes Díaz Güerere
CNP 18234
lourdesdiazguerere@hotmail.com


sábado, 29 de marzo de 2014

Difamación e injuria en las leyes venezolanas. Qué consideraciones establece? Orientaciones generales.

DIFAMACIÓN E INJURIA EN LA LEGISLACIÓN VENEZOLANA

1.- Difamación e Injuria.

La difamación es la comunicación a una o más personas con ánimo de dañar, de una acusación que se hace a otra persona física o moral de un hecho falso, determinado o indeterminado, que pueda causar o cause a ésta una afectación en su honor, dignidad o reputación.
Los orígenes en el derecho anglosajón de la difamación están en los agravios (declaración dañosa en una forma transitoria, sobre todo de forma hablada) y libelo (declaración dañosa en un medio fijo, sobre todo escrito pero también un cuadro, signo, o emisión electrónica), cada uno de los cuales da un derecho de acción.
Las injurias (del latín iniuria, "ofensa" o "agravio inferido a una persona") son consideradas, en Derecho penal, un delito contra el honor o la buena fama, contemplado en algunas legislaciones, y regulado de forma diversa.
Etimológicamente, la palabra injuria procede de los términos latinos "in" e "ius", significando así, en un sentido muy amplio, todo lo contrario a derecho, o como decía Viada y Vilaseca que injuria es todo lo que es contra razón y justicia. Esencialmente la injuria es un agravio, ultraje de obra o de palabra, que lesiona la dignidad de persona diferente al que la hace. La injuria es, pues, en síntesis, todo acto que, dirigido a una persona, perjudica su reputación o atenta contra su propia estima o heteroestima y que es conocido por terceros, es decir; un acto lesivo de derechos y con publicidad en un determinado ámbito social. Formalmente, puede consistir en la atribución de unos hechos, en la expresión de palabras soeces, en la ejecución de acciones de menosprecio, en una comparación denigrante, en la burla injustificada, en formular juicios de minusvaloración sobre otro. Con esta formulación tan amplia se puede manifestar que los actos injuriosos son, básicamente, heterogéneos, circunstanciales y de definición cuasi-subjetiva. Además, la injuria consistente en atribuir la comisión de unos hechos a otra persona, será grave cuando se hayan llevado a cabo sabiendo que tales hechos sean inciertos, lo que añade al concepto de injuria el confuso criterio de la veracidad.
El DR. GRISANTI AVELEDO, en su obra denomina a los delitos del Código Penal Venezolano, como contra la PERSONA MORAL, refiriéndose tanto a la Difamación como a la Injuria. En otros países, acota, estos delitos son denominados “Delitos Contra el Honor”. En Venezuela, la Difamación y la Injuria son DELITOS CONTRA LAS PERSONAS. No existe en nuestro Código Penal vigente, un Titulo autónomo relativo a los “Delitos Contra el Honor. Pero no por ello, sostenemos nosotros, deja de ser “el honor” el bien jurídico afectado por la comisión de estos hechos punibles.
Estos delitos son en nuestro Código Penal Venezolano la Calumnia y la Injuria. Pero es el caso que la Difamación es acción y efecto de difamar, descrédito, deshonra. Es un delito contra las personas. El perpetrador de este hecho punible posee el Animus Difamando y ofende a la reputación ajena mediante comunicación con otras personas y en ausencia del agraviado. El sujeto activo del delito puede ser cualquiera, debe ser una persona imputable ya que el incapaz sólo puede ser un instrumento de que se valga un imputable para cometer el delito, para que se configure el hecho punible, es menester que el agente se haya comunicado con varias personas, reunidas o separadas.
También es necesario que el agente impute al sujeto pasivo un hecho determinado, es decir, exacto y concreto (no genérico ya que en ese caso se trataría de injuria). No se requiere que el hecho imputado revista carácter de punible aunque puede tener tal condición. Finalmente, el hecho determinado al que venimos haciendo referencia, debe ser suficiente para exponer al sujeto pasivo al desprecio o al odio público o que el hecho sea ofensivo a su honor o reputación.
Los delitos contra el honor, por las especiales características del bien jurídico protegido, constituyen indudablemente un grupo de delitos separados y distintos del que forman los delitos contra las personas, aunque el CP le considere parte integrante de este último. Las expresiones como "honra" y "honor", tienen diversos y complejos significados lo cual hace preciso una identificación de los mismos.
Art. 60 CRBV "Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación.
   La Ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos o ciudadanas y el pleno ejercicio de sus derechos".
El derecho al honor y la reputación. Los delitos de difamación y el delito de Injuria, están contenidos en el Capítulo VII, delitos contra las personas; hemos estudiado la vida, la integridad física y ahora estudiaremos el honor, que también es un derecho fundamental, previsto en el artículo 60 de la Constitución Nacional el honor, la reputación, la vida íntima.
En este Capítulo hay dos especies de delitos: La difamación y la injuria. Generalmente, el común de las personas confunde estas especies de delitos y es así como comúnmente escuchamos "te voy a demandar por difamación e injuria"; pero, difamación e injuria son dos cosas distintas como veremos a continuación. Por eso o hay una o hay otra, pero nunca ambas.

Estas especies de delitos son delitos de acción privada. Por tanto, la acción penal la tiene el ofendido única y exclusivamente, no hay intervención del Ministerio Público, debido a que ambas especies de delitos no son de acción pública; ya que el Ministerio Público solamente interviene cuando el delito es de acción pública por que lo hace en representación del Estado y tiene la acción penal en todos aquellos delitos que son de acción pública. La única acción que puede renunciarse es la de acción privada.
La Difamación: Está establecida en el Art. 442 C.P. Es un delito contra las personas que defiende el honor y la reputación, es de acción privada y consiste en imputar un hecho determinado a alguna persona.
Art. 442 C.P. "Quien comunicándose con varias personas, reunidas o separadas, hubiere imputado a algún individuo un hecho determinado capaz de exponerlo al desprecio o al odio público, u ofensivo a su honor o reputación, será castigado con prisión de un año a tres años y multa de cien unidades tributarias (100 U.T.) a un mil unidades tributarias (1.000 U.T.)
Si el delito se cometiere en documento público o con escritos, dibujos divulgados o expuestos al público, o con otros medios de publicidad, la pena será de dos años a cuatro años de prisión y multa de doscientas unidades tributarias (200 U.T.) a dos mil unidades tributarias (2.000 U.T.)
Parágrafo único: En caso de que la difamación se produzca en documento público o con escritos, dibujos divulgados o expuestos al público o con otros medios de publicidad, se tendrá como prueba del hecho punible y de la autoría, el ejemplar del medio impreso, o copia de la radiodifusión o emisión televisiva de la especie difamatoria".
Podemos observar en el encabezado del artículo 442 C.P. que es una especie de delito que defiende el honor, que es de acción privada, lo que quiere decir, que la persona ofendida es la que va a instar la acción penal, en estos casos, a todo evento existe un procedimiento establecido

2.- Elementos de la difamación.
1. Sujeto Activo: Una persona Natural (el delito no acepta personas jurídicas) Si llegare a hacerlo una persona jurídica, como sería que en un periódico apareciera una especie difamatoria, si la nota tiene autor, esa será la persona que responderá penalmente, si la nota es anónima, habrá que buscar quien aprobó la publicación de la nota, porque esa será la persona responsable; puesto que quien se atribuya la nota será el responsable penalmente; de ninguna manera se podrá sancionar al diario, a la emisora, televisora, etc, etc. Hay que determinar la autoría directa de dicha nota.    
El sujeto activo tiene que tener la intención de exponer al desprecio público a otra persona lo que se llama "animus difamandi"; es decir, tiene que tener la intención de difamar, si no hay intención, por ser este un delito doloso, no hay delito.
2. Sujeto Pasivo: Puede ser tanto persona natural como persona jurídica; se puede atacar un ente colegiado y sus miembros tendrán el derecho de defender su reputación. La personalidad jurídica como ficción creada para ciertos fines; tienen honor, reputación y, nuestras leyes amparan tanto el honor y la reputación de las personas naturales como el de las personas jurídicas.
Esta especie de delito exige que sea determinado, lo que quiere decir que si la difamación se produce contra un Ministro, por ejemplo, cuando se emite el juicio de valor, o se impute valgo determinado contra su persona, debe determinarse completamente esa persona, con su nombre completo (Pedro Pérez), lo que quiere decir que debe estar debidamente individualizado, por eso cuando muchas veces se toman apodo para ciertas notas periodísticas, como por ejemplo: el turco es ladrón; pero turcos hay muchos, no se individualizó, aunque la intención es que la gente asocie a cierta persona con dicho apodo; pero, obsérvese que el artículo exige que se identifique al sujeto pasivo, no acepta apodos, sobrenombres.
3. El Objeto jurídico: El honor, la reputación prevista en el Art. 60 de La Constitución Nacional.
4. El Objeto Material: La persona sobre la que ha recaído la ofensa, la difamación.
Además de estos elementos es importante en el delito de difamación, que se le atribuya a la persona, que se le impute, se le dirija un hecho determinado, lo cual significa que tiene que ser un hecho concreto, específico. Puesto que no es lo mismo decir, que fulano de tal, está malversando fondos; a decir que ese mismo fulano traspasó en tal fecha, equis cantidad de dinero de una partida para otra; o que Pedro de los Palotes un día "y" entró a un sitio y se estuvo besando con otro hombre en un bar a tal hora, a decir que es "raro", puesto que raro es algo genérico; lo que quiere decir que la imputación tiene que ser específica, tal cual lo refiere el Art. 442 C.P. "Hecho determinado" requisito sine qua non; ya que el tipo penal así lo exige.

De igual forma, la imputación debe ser comunicada a varias personas "Quien comunicándose con varias personas" puede ser "juntas o separadas" o por cualquier medio: Correo electrónico, teléfono, correo normal, escrito, graffiti, es decir, de cualquier forma. Se involucra a una serie de personas, Cuando nos referimos a varias personas, nos referimos a partir de dos o más personas: varios pueden ser dos, es decir que con sólo dos personas basta para que se configure el delito. Si es una sola persona no se cumple el tipo, así que se tomará como un chisme. Es necesario que el sujeto activo se haya dedicado a imputarle a alguien un hecho comunicándoselo a varias personas.
3.- Elementos de la Injuria.
1.- Sujeto Activo: la persona que responderá penalmente, es decir, la persona que ha cometido el delito.
2.- Sujeto Pasivo: la persona que se siente ofendida en su honor y buena fama
3.- El Objeto jurídico: El honor, la reputación prevista en el Art. 60 de La Constitución Nacional.
4.- El Objeto Material: La persona sobre la que ha recaído la ofensa.

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sábado, 22 de febrero de 2014

Tus derechos asertivos y los míos


Los derechos asertivos

Una de las principales habilidades sociales es la asertividad. Para poder desarrollar una conducta asertiva (la capacidad para defender tus derechos de forma no agresiva, sin violar los derechos de los demás) primero es necesario conocer cuáles son estos derechos. Toda persona tiene derecho a ser quien es y a expresar lo que piensa y siente, y hacerlo significa hacerlo con el máximo respeto por los demás y por uno mismo. ¿Cuáles son tales derechos asertivos? Veamos:

  1. Algunas veces, tienes derecho a ser el primero. Ceder siempre a los demás, no comunicar tus deseos o preferencias no te hace más cortés. No digas "lo que quieras" cuando tengas una preferencia.
  2. Tienes derecho a cometer errores. Los errores forman parte de la vida, son necesarios para el aprendizaje. No te avergüences por ellos y defiende tu derecho a cometerlos.
  3. Tienes derecho a tener tus propias opiniones y creencias. Tener una opinión distinta a la mayoritaria no implica estar equivocado, ¡quizá justo lo opuesto!
  4. Tienes derecho a cambiar de idea, opinión, o actuación. Cambiar de opinión no es una traición a ti mismo, es evolucionar, aprender, ser flexible.
  5. Tienes derecho a expresar críticas y a protestar por un trato injusto, pero siempre de forma respetuosa a los demás.
  6. Tienes derecho a intentar cambiar lo que no te satisface. No te digas a ti mismo que no lo has intentado.
  7. Tienes derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
  8. Tienes derecho a sentir y expresar el dolor. Todos sentimos dolor, y tienes derecho a expresarlo ante aquellas personas que son importantes para ti si lo necesitas.
  9. Tienes derecho a ignorar los consejos de los demás. Cuando alguien te da un consejo es precisamente eso, no una orden de actuación.
  10. Tienes derecho a recibir el reconocimiento por un trabajo bien hecho. Esto se aplica a los demás, pero sobretodo a ti mismo. Reconoce tus méritos.
  11. Tienes derecho a negarte a una petición, a decir "no" sin sentirte culpable o egoísta. Decir “no” no te hace desleal o egoísta.
  12. Tienes derecho a estar sólo, aún cuando los demás deseen tu compañía.
  13. Tienes derecho a no justificarte ante los demás. En ocasiones con un “No, gracias” es suficiente. No tienes por qué dar excusas y menos si no son sinceras.
  14. Tienes derecho a no responsabilizarte de los problemas de los demás.
  15. Tienes derecho a no anticiparte a los deseos y necesidades de los demás y a no tener que intuirlos.
  16. Tienes derecho a ser tratado con dignidad. Cuando sientes que no eres tratado con la dignidad y el respeto que mereces, tienes derecho a protestar por ello.
  17. Tienes derecho a tener tus propias necesidades y que sean tan importantes como las de los demás.
  18. Tienes derecho a experimentar y expresar tus propios sentimientos, así como a ser su único juez.
  19. Tienes derecho a detenerte y pensar antes de actuar.
  20. Tienes derecho a pedir lo que quieres y la aceptar un no por respuesta.
  21. Tienes derecho a hacer menos de lo que eres capaz de hacer. No siempre puedes rendir al máximo.
  22. Tienes derecho a decidir qué hacer con tu cuerpo, tiempo, y propiedad.

Recuerda que estos derechos se supeditan a uno principal, que es el derecho a decidir si deseas hacerlos servir o no, y el criterio para tomar tal decisión será siempre personal. No obstante, sólo puedes decidir con libertad si vas a ejercer tus derechos o no si tienes la capacidad asertiva para ejercerlos (puedes hacerte creer que no compras un Ferrari porque no te gusta, pero la verdad es que no tienes dinero para comprarlo). En caso contrario, estarías confundiendo la cortesía con la incapacidad para ser asertivo. 

viernes, 14 de febrero de 2014

OPINIÓN: REFLEXIONES SOBRE LA AMISTAD.

Quise compartir esta reflexión publicada en Facebook por Mayra Rodríguez. La amistad también es asertiva, a pesar de tener toda una carga afectiva. Tomé nota de muchos puntos para practicarlos. Gracias Mayra!






Hoy, cuando la mayoría de las personas hablan de "AMISTAD", les voy a decir lo que yo creo y practico con respecto a ella:

1.- TENGO MUCHOS CONOCIDOS, PERO UN REDUCIDO GRUPO DE AMIGOS ÍNTIMOS.

2.- SOY SELECTIVA, NO POR EXCLUSIVISTA; SINO, PORQUE SE MUY BIEN CÓMO INFLUYEN EN NOSOTROS LOS QUE NOS RODEAN. UN AMIGO GENUINO TE AYUDARÁ A IR AL CIELO; PERO UN HIPÓCRITA, TE INDUCIRÁ ASTUTA Y SUTILMENTE A CAMINAR HACIA LAGO DE FUEGO.

3.- SOY SOLIDARIA, NO ALCAHUETA. ES DECIR, ME INDIGNA QUE MIS AMIGOS SEAN CALUMNIADOS Y MALTRATADOS INJUSTAMENTE, PERO SI SON CULPABLES, NO LOS DEFENDERÉ, SINO, QUE LOS INSTARÉ A QUE CORRIJAN.

4.- NO SOY AMIGA DE LOS ENEMIGOS GRATUITOS DE MIS AMIGOS. SÓLO CUANDO PIDAN PERDÓN A LOS QUE OFENDIERON, PODRÁN CONTAR CON MI AMISTAD.

5.- NO ADMITO QUE ALGUIEN VENGA A MI CASA PARA PRETENDER ENSUCIAR LA REPUTACIÓN O CULPAR DE ALGO A UN AMIGO MÍO, A MENOS QUE ME MUESTRE PRUEBAS IRREFUTABLES.

6.- PUEDO SACRIFICAR CUALQUIER COSA POR MIS AMIGOS, Y NO ESPERO QUE ME LO AGRADEZCAN, PERO SÍ POR LO MENOS, QUE NO SEAN INGRATOS.

7.- NO ME GUSTA ROBARLE A MIS AMIGOS EL TIEMPO, NI SU DERECHO A LA PRIVACIDAD. POR ESO NO ME VERÁN TODO EL DÍA EN CASA DE ELLOS (a menos que las circunstancias así lo ameriten), AUNQUE LOS TENGO PENDIENTE EN MI DIARIO VIVIR.

8.- MIS AMIGOS SABEN QUE DETESTO PROFUNDAMENTE LA ADULACIÓN, ELLOS SABEN A QUÉ ME REFIERO.

9.- MIS AMIGOS NO SON MIS SIERVOS; SINO, MIS IGUALES. NO ESTÁN NI POR DEBAJO, NI POR ENCIMA DE MI.

10.- MIS AMIGOS LE DARÁN EL PRIMER LUGAR A DIOS Y LE OBEDECERÁN IRRESTRICTAMENTE, SI NO ES ASÍ, YO NO PODRÍA CONFIAR EN ELLOS.

POR LO ANTERIORMENTE EXPUESTO... GRACIAS A MIS AMIGOS POR ACEPTARME COMO SOY, PERO SOBRE TODO POR DECIRME SIN TEMORES LO QUE DEBO CAMBIAR.

LOS QUIERO MUCHO.

Mayra Rodríguez.