Este miércoles santo de 2014, como es tradición, el templo San Antonio de Padua de Dabajuro se colmó de fieles para realizar una de las procesiones más emblemáticas de nuestra historia. Hombres y mujeres separan su camino procesional acompañando la imagen de la Dolorosa y San Juan, las damas; y el Nazareno cargado en hombro por los caballeros en el lateral izquierdo del Boulevard Buchivacoa, para encontrarse al final de la calle en una salutación simbólica que ha sido inolvidable por casi un siglo.
Las orquídeas bordearon desde temprano la imagen del Nazareno, en ofrenda de amor. El color morado en la vestimenta de los devotos sobresale cada año con mayor fuerza.
