jueves, 14 de noviembre de 2013

Historia de la construcción del templo de Dabajuro: un camino que habla de fe

      En el año 2009 ,con motivo de los 50 años de la bendición del nuevo templo católico de Dabajuro (tal y como lo conocemos hoy día), quise realizar una publicación de la investigación realizada sobre su construcción. Tal vez influenciada por criticas que no consideré en esa oportunidad constructivas, desistí del proyecto y sólo dejé unos pocos ejemplares impresos a mano. Por insistencia del Pbro. Alejandro Cerviño, retomé la idea original, al llamarme para que enviáramos a imprimir los ejemplares luego de su visto bueno. Lamentablemente al perder la información del disco duro y no haber realizado respaldo perdí la mayor parte del contenido del libro. De ello aprendí y entendí que muchas veces queremos hacer tantas cosas y el temor a la crítica nos cierra las metas y dejamos de hacer tantas cosas que trascienden y dejan una huella para el futuro: !Grave error! Hoy día, año 2013, ya muchos de estos elementos han cambiado. El altar tal y como lo conocimos por más de 50 años fue sustituido y muchos otros detalles han cambiado. Permanece intacta la esencia de nuestra iglesia como rebaño de Cristo, que es lo más importante.
 
     Al encontrar en mi correo parte de la publicación, comparto con toda la humildad del mundo algunos de los aspectos que contenía el proyecto original para lo que sería su publicación:
 
"Templo de Dabajuro: una historia que habla de fe"
 
Licda. Lourdes Díaz Güerere
CNP 18.234


DONDE LA HUELLA DE ANTONIO DE PADUA VIVE PARA SIGNARNOS EL CAMINO AL PADRE





TEMPLO DE
DABAJURO: RESPLANDOR DE MILAGROS

 

 

"CRISTO TENDRÁ ADORADORES DONDE NUNCA LE DIERON SU CRUZ"


Se eleva imponente al horizonte que se vislumbra en la Carretera Nacional Falcón-Zulia. Mucho antes de leerse “Bienvenidos a Dabajuro” una invitación desde la lejanía trae consigo el deseo inmenso de encontrar un lar de paz y asistir al llamado de una fe que evoluciona, de un pueblo que se levanta pese a sus necesidades, de los creyentes que albergan en lo más profundo de su corazón un sentir que va más allá de lo que vemos en la tierra para abonar el sendero que nos lleva al cielo.

            Por primera vez se indaga en la historia de un Templo, cuya arquitectura ha sido testigo de los cambios más transcendentales de la sociedad dabajurense y cuyo significado está inmerso en todo un sentimiento que es luz y vida de este pujante pueblo, Cuna del Sol del occidente falconiano.

            Dabajuro ha experimentado uno de los crecimientos poblacionales más importantes de Venezuela, pero desde su nacimiento ha sido llevado de la mano del ejemplo que Antonio de Padua signó en un transitar que avanza con firmeza al futuro. Cada 13 de Junio este Templo se engalana emanando hermosas luces que brotan de lo más profundo del alma de propios y extraños que con añoranza y anhelo es la esencia de un tesoro descubierto a lo largo de este trabajo.  Se plasman entonces los detalles de la construcción y permanencia de esta obra que es el escenario principal de grandes milagros.


"UNA PROMESA LO LEVANTA,

UN RELOJ QUE NO LLEGA,

CUERPOS QUE EN PAZ DESCANSAN

Y UN PUEBLO QUE  A SAN ANTONIO REZA

PARA BENDECIR A DIOS CADA MAÑANA"



LA VIDA RELIGIOSA DEL



DABAJURO DE ANTAÑO


Los pueblos se han levantado bajo el signo de la religión en sus distintas manifestaciones.  Dabajuro nació y creció dentro de la Iglesia Católica. Sus primeros habitantes veneraban al Niño Jesús. Eran familias esparcidas por sitios de hatos dedicados a la cría de animales y labradores de la tierra entre los años 1.600 y 1.700.
 
 
UNA SEMILLA DE FE ES
PLANTADA PARA COSECHAR HERMOSOS FRUTOS.
 
                       Fue en el año 1.775 cuando esta región es  elevada a Parroquia religiosa en la visita pastoral que el Obispo Martí realizaría en Borojó, tomando en cuenta que la familia Millano tenía un oratorio al  frente de su hato, situado en lo que hoy es el centro de Dabajuro con la imagen de San Antonio de Padua portando un niño en brazos. Desde entonces, esta imagen   pasó a ser el patrono del pequeño poblado.
            La fe cristiana se fue extendiendo a medida que fue creciendo el pueblo y sus alrededores, dentro de una creencia rígida, llena de misticismo y de supersticiones creadas por el hombre. El primer templo fue creado con el esfuerzo de sus moradores a base de madera, bahareque, ladrillo y techo de palmas. Fue el centro de adoración visitado por sacerdotes y vicarios de Casigua y Capatárida, quienes realizaban las festividades tradicionales.
            Las mujeres que asistían al templo vestían trajes largos, el rostro cubierto con velos. Bautizaban y Confirmaban a sus hijos cuando llegaba un Obispo de visita. Los hombres se encargaban de organizar las festividades, haciéndolas alegres y deportivas con diversos juegos, contrataban retretas y bailaban a su patrono al compás de la música y de los fuegos artificiales.
            Con la certeza de seguir a Cristo en el amor de la Virgen María, en el ejemplo de los Santos y en la convicción de una catequesis constante se han forjado las bases intangibles de esta parroquia, pero con seguridad son toda su fortaleza. El templo de Dabajuro viene a ser solo un testigo que guarda y protege lo que se puede ver y tocar, pero que no deja de tener un plano importante en la comunidad, sobre todo, porque su historia es realmente interesante y sus características son muy especiales.

Ante el peligro, se derrumba el primer templo...
     Para algunos cristianos católicos, el hecho de no asistir al templo un día ya era una falta grave. Los problemas se comienzan a perfilar cuando la estructura del viejo templo comienza a sucumbir a las exigencias propias del paso del tiempo. Comenta el Prof. Antonio Reyes Perozo, cronista de la ciudad:  "ya nos daba miedo ir a la iglesia porque nos podía caer encima, el problema es que no podíamos dejar de cumplirle a San Antonio". Comienza todo un trabajo en torno a la solución de esta dificultad. Los sacerdotes se abocan a plantear las alternativas y entusiasman a la comunidad a la gestión de un nuevo templo.
     Para "ganarle al tiempo" decidieron derribar lo que quedaba  del templo en 1955, pero manteniendo viva la iglesia. Las congregaciones se harían a la intemperie o se refugiarían en la antigua capilla de la Virgen del Carmen, ubicada a pocos metros del extinto templo. El Padre Ángel Dolores Colmán fue uno de los principales promotores de esta iniciativa, con su juventud y carisma emprendía importantes retos para su parroquia.  Monseñor Francisco José Iturriza estaba al tanto de esta situación y también se abocó en la consecución de soluciones. 
 

Llegan los planos

“Mi promesa para San Antonio es que cuando esté en Miraflores, lo primero que le envío es el techo de su iglesia en Dabajuro” W. Larrazábal.

 

      De Italia, los hace llegar Monseñor Iturriza. El problema es que nadie los sabe interpretar y que los recursos para levantar el templo parecen inalcanzables. Con mano de obra enviada por la diócesis se inician los trabajos de levantamiento de las bases, pero el dinero recolectado no alcanza más que para ello. Las ilusiones, por ahora, se quedan estancadas esperando por otras alternativas.
      Y así fue. Wolfang Larrazabal Ugueto, al llegar a la Presidencia de la República, lo primero que hace es enviar los recursos para el flamante techo de la iglesia de Dabajuro. Es la primera promesa cumplida a San Antonio para levantar el templo. Aún faltaría mucho más por hacer.
 
José Inés Díaz:

Un arquitecto empírico que marcó una época de construcciones vigentes

 

Ya se cuenta con las bases y el techo, pero faltan cuantiosos elementos. Los planos están allí, solo que nadie los puede interpretar.

            Proveniente de Pueblo Nuevo de Paraguaná, José Inés Díaz “Pachinés” fue un destacado albañil que estaba desarrollando la construcción de las casas más emblemáticas de la comunidad. Nació en 1914 y murió en Maracibo el 05 de Marzo de 2006.
            Al mostrársele los planos, dijo con determinación “yo puedo”, pero nadie le creía. Muchos desconfiaban que pudiese llevar a cabo tan importante proyecto. Sin embargo, él fue a hablar con Monseñor Iturriza, quien le dio la buena pro para iniciar los trabajos, lo cuales de inmediato comienzan, alcanzando contra todo pronostico los resultados esperados.
            A juicio de su hija Carmen María Díaz, Pachinés era “muy exigente con sus trabajadores, se empeñaba con espero, era demasiado responsable y le tenía mucho amor a este pueblo con una devoción enorme a San Antonio. Fue un arquitecto por naturaleza.
 

La barba de Pachinés.


“A San Antonio ofrezco este sacrificio para que nada malo le pase a nadie mientras se levante este templo”

             Tomando en cuenta la época, no existían los elementos que garantizaran la seguridad de los albañiles de esta edificación. Viejos andamios, láminas de zinc e improvisadas escaleras son los medios para llegar a tan altas exigencias. Son muy comunes los accidentes en Venezuela por esta causa. A José Inés Díaz le preocupa este aspecto y promete a San Antonio dejarse crecer la barba hasta el día que él entregue la obra. Promesa cumplida. El Padre Ramón Jiménez ofició una misa en la que frente a todos entrelazó la barba y la cortó para luego dejarla a los pies de la imagen de San Antonio, en agradecimiento a la protección recibida, ya que nadie resulto lesionado en este proyecto.

COMPROMISO DE CELADORES


     Levantar el templo se convirtió en un compromiso tal, que se crearon comisiones de “celadores” por cada calle. Su labor sería garantizar que cada familia aportara mensualmente la cantidad de 2 Bs. para la construcción de esta obra. Ello fue un ejemplo de fidelidad, sacrificio y afecto a sus creencias. Todo un pueblo se abocaba a la consecución de una de sus metas más importantes.  La imagen de San Antonio fue llevada de casa en casa, por todo el pueblo, por todos los caseríos, para recolectar los fondos que harían falta. Ya el proyecto podría continuar.

SE LEVANTA UN HERMOSO TEMPLO


            Ya se consolida la obra. La recibe el Padre Ramón Jiménez Petit. Desde 1959 es orgullo de Dabajuro por el enorme significado que tiene desde sus inicios. Fruto de enormes sacrificios que preceden a una convicción de ser partícipes del llamado que hace la fe.  Se convierte en el centro de congregación más importante de Dabajuro. La misa es el encuentro constante con la palabra de Dios y la vivencia en torno al pan y vino, fuente inagotable del Cristiano. Así mismo es el lugar donde se han llevado a cabo los más relevantes encuentros culturales y solemnes de esta población.
 
 
Elementos arquitectónicos y de interés

     Las puertas, ventanas y bancos venían de la ciudad de Santa Ana de Coro. Una espesa y resistente madera da la sensación de fortaleza contrastando con la calidez de las ventanas elaboradas en hierro y vidrio.
    El coro corresponde a un espacio hermoso que años atrás fue utilizado con los fines que implica, sin embargo actualmente son pocas las personas que tienen interés por ocuparlo, tal vez la mayor dificultad para acceder al mismo es la estreches de las escaleras que le comunican , porque se trata de un sistema espiral muy cerrado, capaz de originar una sensación de claustrofobia inmediata.
     Al templo se le han incluido nuevos elementos, entre ellos el sistema de aire acondicionado integral, la restauración de las imágenes religiosas, el sistema de luces externas, entre otros, que buscan mejorar  cada espacio del mismo. Las escaleras que comunican con el campanario son elaboradas en hierro, demasiados estrechas y empinadas, lo que dificultan la llegada a esta área, pero esto obedece al poco espacio en lo ancho  de la torre.
 

 

        El Sagrario de la iglesia y a su vez es el lugar más importante del templo porque allí se ha Consagrado el Cuerpo de Cristo, alimento de vida y la esencia del Cristiano. El Santísimo Sacramento es sin duda el centro de Adoración a Jesús. Lamentablemente nos encontramos con el Sagrario más antiguo en un total estado de deterioro. Vale la pena un esfuerzo por su recuperación. En la pila Bautismal han nacido a luz de la fe Cristiana la gran mayoría de los dabajurenses. Elaborada en mármol es una hermosa pieza que inspira la transparencia del sacramento bautismal. "Yo te Bautizo" es la traducción de las letras plasmadas.
 

     Como la iluminación del templo era insuficiente, se decidió en el año 1997 anexar como elemento decorativo y de utilidad 4 lámparas enormes provistas de 14 bombillas cada una. Una decisión acertada, ya que no afectó ningún elemento original.  El altar central del templo tiene un antiguo sagrario enchapado en oro con un marco en mármol. La imagen del Buen Pastor es una hermosa estampa que habla por sí misma. 
 
       Sacerdotes misioneros capuchinos dejaron como recuerdo de su intenso trabajo en Dabajuro esta cruz que se exhibe en el patio principal del templo.

      El vestíbulo de los sacerdotes está ubicado en la parte posterior del altar principal.
      Tres vitrales brillan en lo alto de la nave central. La Virgen de Coromoto, El Corazón de Jesús y San Antonio dan paso a una luz que inunda el alma de los feligreses. 

            La mayoría de los objetos que tienen un gran valor histórico se encuentran relegados a la extinción. Tal es el caso de este Armonio, el cual emitía un hermoso sonido que servía de acompañamiento musical en las canciones tradicionales de las celebraciones litúrgicas. En iguales condiciones se encuentra este soporte para velas, floreros, imágenes, confesionarios y enseres propios del templo.


REFUGIO ETERNO: Sala de restos mortales 

    Casi desapercibidos pasan los restos mortales de dabajurenses que a juicio presuntivo, tuvieron un papel importante dentro de la sociedad. No se conocen detalles de su traslado a una pequeña habitación que está en una esquina del templo. Las lápidas se encuentran incrustadas en las paredes y se entiende que el propósito fundamental del reducido recinto era albergar estos restos debido a la colocación de una especie de cruces en la cerámica del piso. Se puede leer la lápida del General Deogracia Gutiérrez, de su esposa Inés Maria Oberto y su madre María Presentación Gutiérrez. De igual forma se encuentra, entre otras, las inscripción de Juan Bautista Reyes, Ignacia de Piña, José de Jesús y Berenice Zavala.

 
 
Tanto en el antiguo Sagrario del Altar principal, como en el Altar de San Antonio se encuentran empotrados lo que parecen cenizas de difuntos, pero que no tienen plasmados sus nombres.
 
El más reciente traslado de restos mortales corresponde al  Pbro. Ángel Dolores Colmán, por iniciativa del Padre Alejandro Cerviño,  quien junto a la Familia Colmán se encargaron  de los trámites pertinentes, para beneplácito del pueblo de  Dabajuro, donde dejó una hermosa labor como legado en su corta existencia. 

 

 
 
 
 
 
 
 
Las viejas campanas se unen al sistema acústico
 
 
 más moderno de Venezuela

El silencio de la ciudad se vio interrumpido por un  hermoso sonido que se dejaba colar un domingo sin aviso. Ya el pueblo se había acostumbrado a que las viejas campanas no servían.  Las notas de "pescador de hombres" se escucharon a son de melodiosas campanas. Todos se preguntaban de qué se trataba. El Padre Alejandro Cerviño explicó "es el nuevo sistema de campanas, son digitales y según dicen, son las más modernas de Venezuela". Ya Dabajuro se habituó al  compás de cada hora y actividad religiosa que anuncian. En lo alto de la torre conviven las viejas y las nuevas campanas del pueblo.
 
 

 

 

“ESTE TEMPLO TIENE MUCHA HISTORIA QUE

 

CONTAR"


Así lo expresó María Auxiliadora de Mosquera “yoya” , quien es testigo de la construcción del templo y cuenta con detalle la emoción de cada dabajurense al ver su iglesia construída. Le une una gran amistad a José Inés Díaz y suministró la mayor información sobre la cual versa este reportaje. Es notorio el sentimiento que genera investigar esta historia, sobre todo porque apenas son los primeros pasos de lo que puede ser todo un esquema documental que quede como legado a las nuevas generaciones.
 
....UNA PROMESA POR CUMPLIR
    En lo alto de la torre externa se aprecia un circulo vacío en pared principal. Se dice que cuando el templo estaba por concluirse se ofreció traer un reloj diseñado para ese espacio. Hasta la fecha la promesa sigue esperando. Se cree que este reloj pasó a la iglesia de Capatárida.
 EL templo se reduce para recibir grandes milagros  
       Son incontables las promesas materiales que le han sido llevadas a San Antonio. Esa es parte de la tradición, una herencia que contrasta con la doctrina de la iglesia en ciertos aspectos. Los milagros que se adjudican a la intervención de Antonio de Padua recorren el mundo entero. Sin embargo en Dabajuro se ha dado un milagro muy especial: el de la verdadera conversión. Aquí se han dado autenticas sanaciones de almas, de familias, de reconciliaciones con Dios Padre y con los hermanos. Es increíble ver cómo este gran templo se ha vuelto muy  pequeño para tantos feligreses que día a día avanzan en la fe. San Antonio de  Padua ocupa un  lugar especial  en la vida del cristiano dabajurense por ser el ejemplo ideal de imitación a Cristo.