miércoles, 11 de diciembre de 2013

Un bonito recuerdo: mensaje de navidad rctv 1985


Tras un 08 de diciembre electoral llegó el 09 de aterrizaje, llegó la hora de abrazar la paz


Reflexión escrita sobre las lágrimas que destila una pugna donde muchos no somos protagonistas, simples extras de la película que siempre nos conduce a la vida real.
 Ya lo había escrito, solo que esta vez con mucho más sentimiento, porque entendí como periodista la importancia de ser asertivo y saber que por encima de todo está la verdad a la que nos debemos.
Lourdes Díaz Güerere
CNP 18234
 

"La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés."
 (1875-1939).
 
     Unos celebran, otros no,  la victoria de su simpatía electoral. La única diferencia está en cómo se miren las cosas y que convergen en una: quienes celebran tienen un compromiso supremo y los que no, también. Porque la palabra empeñada de corazón con el pueblo expresa el deseo de trabajar por el bienestar de todos más allá de los intereses personales y del proceso electoral.
      Así como toda noche tiene su amanecer, después del 08 de diciembre de 2013 llegó un día 09 cuya vivencia será relativa de acuerdo a la perspectiva y expectativa de cada ciudadano venezolano.
      En las mesas electorales muchos parecíamos amigos lejanos, enemigos cercanos o viceversa. Después de cada misa, nos seguiremos dando la paz. Después de cada culto religioso seguiremos celebrando la unión y la oración. Al hablar sobre alguien para bien o para mal dejamos una palabra a veces imborrable que es nuestra carta de presentación y muestra los verdaderos esquineros del alma.
     Después de criticar injustamente nos queda un mal sabor. Es como el hueco que deja el clavo después del martillazo: nunca se borra la marca por mejor que sea el trabajo para ocultarla. Hemos llorado al lado de las camas de nuestros enfermos, le hemos llevado a su último lar y hemos reído hasta llorar con nuestros amigos y amigas en cada compartir.
      Después de las caravanas de las concentraciones, de las marchas y reuniones de activistas y simpatizantes políticos nos esperan nuestros hijos, hijas, esposos, esposas, abuelos, abuelas y todos los que son luz de nuestra alma en el hogar.
       Nos seguiremos viendo en los mismos mercados, avenidas, calles, velorios, celebraciones y plazas. Nos gustan los helados, el cafecito, la música y las arepas.
      Si hemos ofendido, podemos enmendarlo. No somos extraños ni ajenos como solemos parecer en cada elección. Somos de una gran tierra a la que le sobra gente que le quiera.
      Venezuela, Falcón, nuestras ciudades, pueblos y comunidades solo necesitan que algunos transformemos nuestras palabras en acciones: que sembremos árboles, que escribamos obras artísticas, dibujemos,  que visitemos hogares donde nos necesitan.
      No es una utopía el anhelo por ayudar a gobernar y ser partícipes de las soluciones y no ser piedras de camino. Es necesario cambiar el insulto por la razón, apartar el “yo primero, yo después y el tercero yo” en razón del prójimo.
        Aportemos ideas y las convirtamos en ideales visibles. Seamos luz, no oscuridad, que recordemos de dónde venimos, los vientres sagrados que nos dieron vida, hasta aquel catecismo viejito que nos habló de esperanza. Vivimos entre luces y sombras, es nuestra decisión de qué lado vamos a vivir y el color del que dibujemos nuestra alma.
      Las familias seguiremos siendo familia. Los amigos, si son sinceros, seguiremos siendo amigos hasta cargar nuestros ataúdes unos a otros a nuestro reposo eterno.
Los que queremos trabajar y servir de corazón lo haremos sin acudir al ejercicio de un cargo político, sino desde nuestra profesión, nuestra comunidad, nuestro consejo comunal, nuestras escuelas, gremios, iglesias. Todos tenemos la misma responsabilidad con Dabajuro que la alcaldesa electa, porque ella es nuestra máxima autoridad y nosotros también somos constructores junto a ella, asi comulguemos o no ella, queremos un bien común: un Dabajuro prospero, bendito, citadino, unido.
         Los miércoles cada 15 días en la sede de la alcaldía continuarán seguramente las reuniones de seguridad, seguimiento y evaluación del trabajo realizado. Sumémonos en este periodo y llevemos nuestras propuestas e inquietudes. Entre todos se han logrado grandes cosas.
Si no queremos exclusión, entonces no nos autoexcluyamos del presente donde tenemos tanto que dar.
        Un sueño grande: el fin del odio que nos impide ver más allá de la grandeza de nuestras virtudes. Si no nos aferramos al amor con pequeños detalles terminaremos odiándonos a nosotros mismos.
En fin, salgamos optimistas a la calle, accionemos, despertemos el "yo bueno" que tenemos guardado y empecemos de nuevo a escribir una historia que ya auguraba el progreso.
         Dabajuro es diferente, Dabajuro es una buena referencia nacional de la mano de hombres y mujeres que trabajan dignamente sin descanso por el progreso.

"Adelante Dabajuro, ha llegado tu hora. No dejes pasar tu buenaventura.."
Maestro Rogerio Espinosa
 
lourdesdiazguerere@hotmail.com