lunes, 24 de agosto de 2020

Opinión: Anunciando la llegada de mayo en Dabajuro

 

Anunciando la llegada de mayo en Dabajuro

Lourdes Díaz Güerere

 

Hoy hacen falta los megáfonos del Cine Bolivar de nuestro pueblo para contarles a todos que ya es mayo del 2020. Tampoco podemos hacer sonar las campanas de la iglesia porque se partieron. Luego tendré la oportunidad de contar qué era éste sistema de comunicación a través de éste medio, siendo oportuno manifestar a titulo personal la gratitud hacia el equipo de La Mañana por tomar en cuenta a las comunidades del occidente falconiano al otorgarle un espacio para interpretar y difundir las vivencias que desde Dabajuro podamos compartir bajo la libertad, espero, del necesario ejercicio del  periodismo de opinión.

Retomando el hecho de amanecer bajo el sol del primer día de mayo y recordar todo lo que este mes representa para nuestras tierras obedece a lo que parece una pérdida temporal de la noción del tiempo. Son muchas cosas a la vez. Cada ocupación o preocupación nos distrae con más fuerza de la relación espacio-tiempo. Cuando era niña, a finales de 1980, ya estaban listos los poemas para el mes de mayo y que iban a ser leídos previo a los honores cívicos a nuestros símbolos patrios en nuestras escuelas. Hablaban de flores, primavera, nacimientos y esperanza.

Desde Dabajuro y mirando el horizonte hacia Bariro se asoman los araguaney. Es uno de los tonos amarillos más hermosos del mundo entero. Este año quizás no podamos ir a ver araguaneyes. Hoy los hechos nos hacen desviar la mirada de ese horizonte y centrarnos en una realidad tan diferente. Es un #quedateencasa que replica #cómomequedoencasa.

Conscientes somos de una pandemia que tomó por sorpresa hasta a los sistemas de salud del llamado primer mundo. Sabemos de prevención, pero no qué hacer a ciencia cierta si llega a tocar nuestras puertas. Sabemos de tapabocas pero no cuántos médicos tienen insumos de protección. Sabemos de lavarnos las manos pero no si hay agua en los centros hospitalarios que atenderían a los posibles y, quiera Dios, nunca existentes casos. No sabemos nada del capítulo siguiente.

El otrora feliz y esperado  anuncio de cada primer dia de mayo para los trabajadores del país es ahora una plegaria para que no haya cambios. En la escuela de ensayos y errores todos en el país perecemos expertos en economía. Hablamos casi con prioridad de términos impensables dominar en estratos más desfavorecidos de la población hace unos 5 años: hiperinflación, desabastecimiento, cese de producción, materias primas, dolarización, entre tantos del dominio de “los que saben de eso”.

También aprendimos con lágrimas lo que nos perdimos de aquellas clases básicas sobre movimiento poblacional; ni siquiera sabía que podíamos llegar a pie a Colombia, Ecuador, Perú o Chile, por ejemplo. Estrenamos recientemente nuevos términos que vienen a enriquecer nuestro hablar: connacionales.

Impensable llegar a un mes de mayo sin visitar los pueblos y caseríos de nuestra zona donde por tradición se celebra La Cruz de Mayo, como en Las Cruces, cerca de Casigua. Y es que los pocos que tienen carros funcionables, de paso,  ahora no tenemos gasolina; claro también estamos en cuarentena, aislamiento social, distanciamiento o cualquier otro término también novedoso para indicar que no podemos deambular porque, de verdad “verdaíta” un virus que no vemos nos puede matar.

Es mayo: mes de las madres, de los Rosarios de Mayo, de repartir la primera cosecha entre los necesitados. El regalo más significativo para una madre en estas circunstancias es el abrazo de sus hijos, lo que por una u otra causa tendrá que posponerse para muchas. Los católicos rezaremos en casa seguramente algún Ave María.

La cosecha que se repartía se cambió este año por la distribución gratuita de leche de vaca para las familias de Dabajuro por parte del gremio ganadero, ya que no pueden transportar los lácteos desde sus unidades de producción ni convertirlos en derivados para la venta en el volumen acostumbrado según la demanda. Repartirla rápidamente para evitar se dañe y ayudar en algo a las familias que en estas condiciones luchan sin fuerzas para el sustento diario.

Los padres nos convertimos en maestros improvisados. Una nueva medida de control de precios ha hecho reaparecer las colas en los pocos comercios que tambalean de pie. Desplegada la Sundde en el municipio Dabajuro podemos vislumbrar el destino cercano del sector comercial; por cierto, apuntar que somos el centro de abastecimiento de productos y servicios más importante para todos los municipios de la zona occidental.

Jocosamente se le ha advertido a los usuarios de las redes sociales “cuidao con poner mayo sorprendenos” o “al que ponga mayo ¿qué nos traes? lo bloqueamos”. Todo está literalmente revolucionado, estamos inventando y reinventando todo como un software. Yo solo deseo que mayo sea el mayo que conocí. Hasta soñé que era mayo: mayo del de antes. Espero ver un araguaney con mis hijos hasta enamorarnos de su majestuosidad para que sea uno de los recuerdos más bonito de este año tan extraño pero tan real.  Del anecdotario de mis recuerdos en frases populares: “Mayo florido, flor en el olivo y granados los trigos” y “primer día de mayo, corre el lobo y el verano”.

¡Que sea un buen mayo!

 

 

sábado, 10 de marzo de 2018

Médicos venezolanos hoy: un compromiso más allá de nuestras capacidades.

Eliezer Burgos Delmoral

Ser médico es un privilegio que Dios ha destinado como un don a algunas personas, de alli la necesidad de prepararse muy bien. En nuestras manos quedan muchas veces la suerte de tantos pacientes quienes nos encargan sus vidas, buscan alivio a sus enfermedades o incluso una palabra de aliento asertada en su padecimiento que aún por simple que parezca puede cambiar para bien su salud. Indudablemente estas consideraciones intuyen que la preparacion academica y etica debe ser de calidad.

En nuestro país desde principios del siglo XX existen médicos que con ejemplo, dedicación, sabiduría y entrega han puesto muy alto el nombre de Venezuela, otorgandole una muy ganada referencia de excelente ejercicio de la medicina. Médicos que a su vez son profesores en prestigiosas universidades y que han contribuido a formar centenares de galenos con los mismos principios en nuestro país, brindando durante muchos años una asistencia de calidad llevando esto a que Venezuela tuviese altos estándares de salud.

Los médicos contábamos con hospitales, centros de salud y medicaturas que estaban dotados con todo lo necesario para brindar a todos los pacientes por igual una buena atención médica y un seguimiento adecuado. Por supuesto necesaria ha sido siempre la vocación del médico, su grado de sensibilidad humana y la confianza que el paciente deposita en su doctor. 

Hoy por múltiples factores (economícos, políticos, morales, entre otras) nuestros hospitales se encuentran sin los insumos necesarios para brindar asistencia de calidad. Unido a ésto, la pérdida de poder adquisitivo del venezolano y la poca o nula producción de medicamentos y material en general pertinente al área de salud; la crisis moral, donde ya no se ve al paciente como tal, si no como la solución a los problemas económicos del medico que lo atiende. 

Toca nuestra alma como médicos saber que no se puedan solventar muchos de los problemas que tienen nuestros pacientes. Pese a que muchas veces aun teniendo cómo comprar los medicamentos, prótesis o su tratamiento integral; no pueden hacerlo porque no existen en el mercado. 

Hay muchos dolorosos ejemplos de pacientes que han muerto esperando en una cola en algún hospital, otros que fallecen mientras los están ruleteando de un centro hospitarario a otro o de una clinica a otra porque no hay posibilidad de atenderlo o porque el paciente no tiene como costear su ingreso a una clínica privada.

Es triste ver como los pediatras ven cada vez más frecuentemente morir a niños desnutridos. Ver cómo un niño con hidrocefalia no tiene ningún chance por falta de una válvula que alivie a su enfermedad; pacientes nefrópatas en espera de un trasplante mueren por falta de lo necesario para una diálisis. 

Todo ésto aborda parte de las razones por las que muchos médicos, en su mayoría jovenes, pero también especialistas de comprobada asertividad, calidad, compromiso y eficiencia, incluso con mas de 30 años de experiencia, están emigrando a otros países donde quizás puedan ejercer y brindar a los pacientes los conocimientos adquiridos en función del supremo juramento hipocrático.

A todos los médicos, donde sea que nos hayamos formado, otorguemosle a cada pacientes lo mejor que cada uno. Practiquemos los conocimientos con entereza. Demos afecto, confianza y seamos siempre portadores de esperanza y fe, aún en las peores circunstancias, como este período de crisis en el cual nos encontramos. 

Es un día del médico diferente, para conmemorarlo en el servicio incansable, la práctica de las virtudes humanas, en fe y esperanza. 

Feliz dia del médico.